sábado, 19 de julio de 2014

Trufa de verano (Tuber aestivum Vittad.)

Descripción: Hongo hipogeo, globoso, hasta de 10 cm de diámetro. Endoperidio de color negro, con verrugas piramidales de entre 4 y 7 ángulos. Gleba compacta; de color blanco en su estado inicial, al madurar se van diferenciando unas venas esteriles de coloración blanquecina y otras fértiles, donde se encuentran los ascos que producirán las esporas, cuya tonalidad varía desde el amarillo-oliváceo o pardo-oliváceo al pardo-grisáceo en su madurez. Olor y sabor agradables.


 Hábitat: Crece asociada a encinas y quejigos, en terrenos de naturaleza calcárea y por lo general por encima de los 700 m de altitud.

Encinar basófilo

Época: Primavera y comienzos de verano.

Abundancia: En Andalucía es una especie localmente abundante en los encinares y quejigales basófilos de las Sierras Béticas, desde Cádiz hasta Jaén.

Distribución conocida de Tuber aestivum en Andalucía

Comestibilidad: Es considerada un buen cometible, aunque no de la misma calidad que la trufa negra (Tuber melanosporum Vittad.).


A tener en cuenta: No existen riesgos de confusión con otras especies tóxicas. Podría confundirse con la trufa negra (T. melanosporum), pero ésta fructifica durante el invierno y la gleba es negruzca. También con Tuber malençonii Donadini, Riousset & Chevalier, taxón hasta la fecha sólo localizado en Andalucía en el Parque Natural Sierras Subbéticas, pero ésta es de menor tamaño (< 2 cm de diámetro), las verrugas del peridio son más pequeñas y menos prominentes y su olor es desagradable, similar al de los ajos.

Recolectando trufas con machete trufero